Aisling es médico general con experiencia en adicciones y el trabajo con personas en situación de calle. También es Practicante de Compassionate Inquiry® y Coach de Salud y Vida. Aisling ayuda a las personas a entender sus síntomas para llegar a un espacio de plenitud. Rati es Practicante, Facilitadora y Mentora de Compassionate Inquiry, y ofrece servicios de preparación e integración para terapias asistidas con psicodélicos. Rati utiliza una variedad de modalidades para empoderar a las personas a encontrar su maestro/sanador interno.
Esta publicación es un extracto corto de las perspectivas de Rati y Aisling sobre las conexiones entre el trauma de la infancia y los síntomas de la menopausia. Puedes escuchar la entrevista completa en inglés en The Gifts of Trauma Podcast.

Rati Roberta Riccardi: La mirada de una conciencia en expansión
¿Existen vínculos entre el trauma de la infancia y los síntomas de la menopausia?
¿La severidad de mis síntomas se puede ver afectada por mi falta de seguridad, sintonía y normalidad al rededor de mi trauma?
Responderé a estas preguntas compartiendo lo que he aprendido en Compassionate Inquiry.
Siempre pensé que debía estar más completa porque mi papá solo me pegó una vez y no he sido abusada sexualmente. Pero cuando cumplí un año, mi madre volvió a trabajar y me dejó con la nana. No entendí la intensidad de eso hasta que empecé a estudiar sobre el trauma y Compassionate Inquiry. Imagina que has pasado 9 meses en el útero y luego 365 días con tu madre y en el día 366 ella desaparece. Así es como llegué a entender la severidad de mi trauma por abandono.
La falta de seguridad que quedó en mí se repetía a lo largo de mi vida. Estuve soltera por muchos años y crié a mi hijo sola. Tuve que tomar decisiones en el trabajo que me dejaron en una situación muy inestable. No podría dormir porque estaba ocupada planificando todo lo que tenía que hacer al día siguiente.
Sobreviví mientras mis hormonas estaban estables. Pero cuando empezaron a declinar, empecé a experimentar olas de ansiedad, angustia y miedo en todo el cuerpo. Eso me ayudó a integrar mi pasado con la cantidad de estrés y ansiedad que surgían por la menopausia. Así que estoy relacionando la ausencia de seguridad, de sintonía emocional com mi madre que estaba regresando a trabajar (porque no tenía otra opción) con la severidad de mis síntomas menopáusicos. Todo empezó con mi trauma de la infancia.
Dra. Aisling Quiery: La mirada de la sanadora auténtica y sintonizada
La primera vez que aprendí sobre las experiencias adversas de la infancia (ACEs por sus siglas en inglés) me quedé atónita. Las diez preguntas se enfocan en el abuso y la negligencia, o en el estrés tóxico y cómo esto impacta el cuerpo más tarde en la vida. Es por eso que nos impacta durante la menopausia también. Así que si las ACEs incrementan nuestro riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, nos van a impactar durante la menopausia también.
La progesterona y el estrógeno tienen muchos efectos en el cuerpo. Sabemos que el estrés en general suprime estas hormonas. Durante la menopausia, podemos incrementar el estrógeno y la progesterona con THS (terapia de reemplazo hormonal) o podemos reducir el estrés para incrementar naturalmente estas hormonas. Este hecho cambió por completo mi práctica como médico general.
Las mujeres me hablan sobre sus síntomas de la menopausia: sangrado abundante, calores, resequedad vaginal, niebla mental, dolores corporales y cambios de humor. Notan que están más irritables y que se enojan fácilmente con las personas a su alrededor. También tienden a sentirse bajas de energía, cansadas o con falta de sueño. Usualmente quieren explorar un tratamiento de reemplazo hormonal, el cual estoy feliz de prescribir si creo que les puede ayudar. Les digo eso y luego les pregunto, “¿Me puedes contar más sobre tu vida y lo que está pasando en este momento?”
Casi siempre las mujeres de esta edad llevan enormes cargas de estrés, ya sea porque cuidan de sus hijos o de sus nietos, o porque cuidan de sus padres que están envejeciendo, o porque están entre dos o tres generaciones que demandan su atención. También puede ser porque tienen carreras con altos niveles de responsabilidad.
Así que haré esta maravillosa pregunta que aprendí en Compassionate Inquiry: “¿A qué no le estás diciendo que no?” Pregunto eso y a menudo reflejo de vuelta su respuesta diciendo, “Lo que estoy escuchando es que tienes todas estas responsabilidades y estás trabajando duro haciendo esto y aquello. ¿Cómo te suena eso?” Escucharlo de vuelta puede ser muy útil y poderoso, en especial cuando una mujer ha normalizado su situación. “Wow, eso suena como un montón de cosas.” Puede que ella misma lo diga y yo le respondo, “Sí, es un montón. ¿Qué tan fácil es para ti decir que no?” Casi siempre responden, “Es extremadamente difícil.” Ahí es cuando llegamos al trauma de la infancia más sutil. Cuando las mujeres hablan de sus creencias y les pido que me cuenten sobre cómo dicen que no, responden: “No hay nadie más que lo haga. Estoy sola en esto. Si no lo hago, nadie más lo hará. Mis necesidades no importan. Tengo que hacer todo esto. No puedo tomarme tiempo para mí. Tengo que estar aquí para todas estas personas.”
Las mujeres llevan cargas emocionales muy grandes y no logran decir que no. Quieren decir que sí a algunas cosas pero no pueden porque están cuidando de las necesidades de todas las personas a su alrededor. Las conversaciones que tengo con las mujeres a menudo suenan así:
Ellas: “Okay, estoy dispuesta a probar la terapia de reemplazo hormonal. Hagámoslo.”
Yo: “ Estoy dispuesta a prescribírtela. ¿Y qué hay de todas estas otras cosas?”
Algunas mujeres regresan y me dicen que la terapia de reemplazo hormonal hizo una gran diferencia, pero para muchas de ellas no lo hace. Así que en lugar de incrementar los niveles de hormonas, les invito a revisar otras áreas de sus vidas, como por ejemplo, en qué áreas no dicen que no, dónde pueden reducir la carga emocional y cómo pueden darse a sí mismas más espacio. Les pido que revisen lo que están comiendo y cómo están cuidando de sus cuerpos.
Siempre me sorprende cómo las mujeres normalizan sus experiencias. Algunas dicen, “No, no tengo estrés.” Y luego cuando les pregunto sobre sus vidas me dicen que trabajan 12 o 14 horas al día, cuidando niños, manejando negocios, cuidando de sus padres…La lista es eterna. Recientemente estuve reflexionando sobre mi propia relación con el estrés. Si tuviera todas la descargas de estrés que manejan muchas mujeres, mis síntomas de perimenopausia probablemente serían mucho peores.
Creo que la menopausia y la entrada a la vejez deberían ser para ir a un ritmo más lento, para no trabajar tan duro y para explorar el nuevo gusto por la vida en esta etapa. Margaret Mead decía en los años 50, “No hay poder más grande en el mundo que el disfrute de una mujer en la menopausia.” Creo que esta es una nueva fase en la vida de una mujer, cuando podemos hacer lo que siempre hemos querida, quizás viajar o empezar nuevos proyectos. Pero a menudo eso no se presenta como una opción para las mujeres durante esta etapa. Así que me gustaría invitar a que las mujeres se pregunten a sí mismas: “¿Cuándo fue la primera vez que aprendí que mis necesidades no importan, o que tenía que poner a todos antes que yo? ¿Cuáles son las creencias que tengo sobre mí? ¿Es realmente imposible la vida que quiero para mí?”
The Gifts of Trauma es un podcast semanal que presenta historias personales de trauma, transformación, sanación y los regalos que se revelan en el camino hacia la autenticidad. Escucha la entrevista y, si te gusta, suscríbete y compártela.



