CI como principal recurso para preparar, sostener y facilitar experiencias psicodélicas 

Trabajar con los detonantes, tanto los nuestros como los de nuestros clientes, es una parte clave en las terapias asistidas con psicodélicos y es también uno de los pilares fundamentales del aprendizaje de Compassionate Inquiry (CI).

La creación de un entorno seguro, respetuoso y lleno de compasión es fundamental para facilitar experiencias en estados alterados de conciencia, en los que hasta el más mínimo detalle —como las sensaciones corporales, los sonidos, las imágenes o incluso nuestro propio estado nervioso— puede impactar profundamente en la experiencia. Estos elementos pueden ser positivos o generar desafíos, por lo que siempre deben ser manejados con conciencia para mantener el espacio de forma ética y segura. Es esencial que, como terapeutas, atendamos nuestra propia historia y detonantes antes de facilitar este tipo de experiencias.

El enfoque de CI se basa en la comprensión de que el trauma y las heridas emocionales no resueltas son las raíces profundas de los desafíos mentales, emocionales y físicos. CI se centra en crear un espacio seguro donde las personas puedan explorar su mundo interno, ayudándolas a entender las causas subyacentes de sus luchas. Este proceso facilita la sanación y la transformación. En el contexto de los psicodélicos, que tienen la capacidad de acceder a recuerdos y emociones reprimidas, CI se convierte en una herramienta clave para guiar a los participantes en un proceso profundo de autocomprensión. No obstante, este camino de sanación no siempre es fácil y tampoco es para todas las personas. Los psicodélicos pueden hacer aflorar sentimientos de vergüenza, dolor y enojo que han permanecido ocultos por años. Por ello, es fundamental que como terapeutas comprendamos la dinámica de los detonantes y cómo gestionarlos durante las experiencias psicodélicas.

Ci As A Key

El papel de los detonantes en el viaje psicodélico

Los detonantes son reacciones emocionales a traumas no resueltos. Pueden ser disparados por situaciones sutiles o inesperadas, pero siempre están cargados de una respuesta emocional significativa. En una experiencia psicodélica, los detonantes adquieren una relevancia particular, ya que nos brindan una ventana hacia recuerdos y emociones pasadas que normalmente no son accesibles en la vida cotidiana. Cuando los participantes se embarcan en un viaje psicodélico, sus percepciones se intensifican y su sentido del yo puede disolverse, lo que puede llevarlos a enfrentar sentimientos profundos que estaban reprimidos. Los detonantes pueden manifestarse como ansiedad, tristeza o incomodidad. Como facilitadores, debemos ser conscientes de estos momentos y crear un espacio que fomente la curiosidad y la seguridad para explorar estas emociones sin juicio durante el proceso de preparación. Es importante señalar que durante la experiencia no intervenimos directamente, sino que el trabajo con la indagación ocurre principalmente en las fases de preparación e integración.

El dolor: una oportunidad de sanación

El dolor es una parte inherente de la experiencia humana, y a menudo refleja necesidades no satisfechas o emociones suprimidas. En ocasiones, recurrimos a mecanismos de defensa, como la negación o la represión, para evitar confrontarlo. Sin embargo, estos mecanismos pueden llevar a la acumulación de dolor no resuelto, manifestándose como ansiedad, depresión o enfermedades crónicas. Los psicodélicos tienen el poder de liberar ese dolor reprimido. Durante una experiencia psicodélica, las personas a menudo tienen la oportunidad de enfrentarse a su sufrimiento de manera plena y sin distracciones. Sin embargo, el proceso puede ser desafiante, ya que el dolor reprimido puede resultar abrumador cuando emerge. Por eso, la preparación y el acompañamiento adecuado son clave para que esta experiencia de sanación no se convierta en un retraimiento emocional.

La vergüenza: el impulso silencioso del dolor

La vergüenza es una emoción particularmente insidiosa. A diferencia de la culpa, que está relacionada con nuestras acciones, la vergüenza se asocia con lo que creemos que somos en un nivel profundo: una sensación de ser defectuosos o indignos de amor y aceptación. Esta emoción puede surgir de experiencias pasadas, presiones sociales o traumas no resueltos, dejándonos con la sensación de estar “roto” o aislado. En el ámbito de los psicodélicos, la vergüenza puede salir a la superficie con gran intensidad. El estado alterado de conciencia que inducen los psicodélicos puede hacer que los participantes se sientan vulnerables, lo que puede desencadenar recuerdos de momentos en los que se sintieron rechazados o indignos. Sin embargo, como dice Gabor Maté, solo la verdad puede liberarnos. Abordar la vergüenza implica explorarla con curiosidad, reconocer su origen y cuestionar su validez, permitiendo que los participantes puedan desarrollar una nueva relación con esta emoción.

La curiosidad como recurso indispensable de exploración

Un principio fundamental de CI es la curiosidad. Como facilitadores, nuestro papel no es ofrecer soluciones rápidas, sino guiar a los participantes en un proceso de autodescubrimiento. Al fomentar un espacio seguro y libre de juicios, ayudamos a los participantes a conectar con sus cuerpos, sentimientos y recuerdos, lo que les permite avanzar hacia la sanación. Es esencial preparar a los participantes para la experiencia psicodélica. Los psicodélicos no son una solución mágica; se necesita un trabajo de preparación que evite que la experiencia se convierta en un evento traumático. Esto incluye recordar que el contexto y el ambiente (set y setting) son cruciales para la seguridad emocional y el bienestar de los participantes.

Conclusión: hacia una sanación profunda

Los detonantes, el dolor y la vergüenza son componentes fundamentales de la experiencia humana. Son cicatrices emocionales que, si no se enfrentan, pueden perpetuar el sufrimiento. Estos, al ser provocados en un entorno terapéutico o de aprendizaje, pueden revelar patrones inconscientes que originan sufrimiento. Gabor Maté enfatiza la importancia de presentar este material de manera directa pero compasiva, reconociendo que las emociones y los conflictos que surgen son parte de un proceso de sanación y autoconocimiento. Además, recordemos que todos tenemos la capacidad para sanar, destacando que, aunque todos cargamos con traumas, también poseemos una “parte sana” que no puede ser dañada. A través de Compassionate Inquiry y el uso de psicodélicos, podemos explorar estas emociones con compasión y curiosidad, permitiendo una verdadera transformación emocional.

Scroll al inicio