Reflexiones sobre el uso de Compassionate Inquiry® en la enseñanza de matemáticas

Trabajo como maestra de matemáticas en la Universidad de Nueva Inglaterra en Armidale, Australia. En el 2024 apliqué a la Formación de Compassionate Inquiry® (CI) para mejorar mi práctica como maestra, específicamente la forma en que abordo el trauma que se interpone en el progreso de mis estudiantes. 

A nivel personal, este viaje ha sido intenso y liberador. 

Integrar lo que aprendo a mi práctica de enseñanza es un proceso en constante cambio. Como lo demuestro en los siguientes ejemplos, el impacto de mi formación en CI ha sido realmente profundo.  

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Mi punto de partida

Los estudiantes que toman clases de matemáticas suelen encajar dentro de una de estas dos características: las toman para cumplir con los requisitos de otra licenciatura, como las ciencias naturales o la ingeniería, y están los estudiantes que toman clases de matemáticas porque les gusta. En el primer grupo hay muchos estudiantes con ansiedad hacia las matemáticas. Para algunas personas del segundo grupo, la ansiedad se presenta cuando se les pide hacer matemáticas en lugar de aplicar métodos que han aprendido previamente. 

Mi abordaje se ha basado en reconocer la ansiedad y dejar claro que tomar un curso de matemáticas es difícil: no podemos esperar entender todo a la primera. Tener dificultades es normal cuando se trata de las matemáticas, como dice Jo Boaler [Boaler], es bueno para ti. Durante la clase hago matemáticas en frente de y en colaboración con mis estudiantes, haciendo énfasis en explicar lo que estamos haciendo y por qué. Animo a mis estudiantes a hacer preguntas y a dejarme saber cuando lo que digo no les hace sentido. 

A través de este enfoque, he podido sacar a mis estudiantes de un estado de ansiedad para que se den cuenta de que sí pueden hacer matemáticas. Tenía estudiantes con quienes se me hacía difícil conectar, y con otros, las sesiones privadas se convertían en sesiones de consejería. Por muchos años estuve pensando en formarme para apoyar de mejor manera a mis estudiantes, luego conocí el enfoque de Compassionate Inquiry® y supe que eso es lo que quería hacer. 

El poder de Compassionate Inquiry®

En las primeras semanas de mi formación en CI, entendí cómo podía mejorar mi forma de enseñar. 

A menudo grabo mis clases porque la mayoría de nuestros estudiantes viven fuera del campus y estudian en línea. En junio de 2024, grabé un video de bienvenida para mi curso introductorio al álgebra abstracta. En comparación a las clases en vivo, no tenía un público para este video, y sin público me solía tomar varios intentos producir algo que me pareciera aceptable. Esta vez practiqué tener compasión hacia mí misma, y conscientemente decidí que no tenía que ser perfecta. Escribí los temas principales a cubrir y grabé el video de una sola vez. Por primera vez estaba contenta con el resultado y me gustó verme en la grabación. 

Durante la formación aprendemos a crear seguridad. A menudo les hablo a mis estudiantes sobre grandes matemáticos que cometen errores o tienen dificultad con ciertas cosas, también les hablo de las veces en las que yo misma he tenido miedo de hacer mi investigación para mi PhD. Cuando desarrollé la habilidad de crear seguridad, me di cuenta de que este había sido mi objetivo desde el inicio. Sin embargo, no me había dado cuenta de que luchar, huir o congelarse son formas automáticas en las que nuestro sistema nervioso responde a una amenaza percibida. Ahora les puedo decir a mis estudiantes que cuando el cerebro está “en blanco”, es una respuesta involuntaria y comprensible. 

Hace algún tiempo animé a uno de mis estudiantes a pensar en la respuesta a una pregunta que hice durante la clase. Cuando el estudiante respondió “No puedo pensar”, le dije, “Entonces no te puedo ayudar”. Nunca me sonó bien la forma en que le respondí y estoy agradecida con la formación de CI por darme otras opciones de respuesta a una situación así. 

Durante la formación también mejoré mi forma de hacer preguntas. Siempre he tenido curiosidad de por qué se estancan mis estudiantes y dónde ocurre este estancamiento, y a menudo respondo a sus preguntas con otra pregunta. Esto me ayuda a entender cómo piensa cada persona para guiarle hacia la respuesta. A algunos estudiantes no les gusta este método e incluso se quejan de él en las encuestas. Durante la formación de CI empecé a prestar atención a quién soy cuando hago estas preguntas. Me di cuenta de que había un juicio hacia mí misma por no ser perfecta. También me admití a mí misma que aún se me dificulta hacer preguntas frente a mis compañeros y decidí poner en práctica eso durante los talleres a los que asistí el año pasado. Ahora puedo animar a mis estudiantes a hacer preguntas desde un lugar de humildad, compasión y curiosidad. Esto hace toda la diferencia, le da una cualidad distinta a las interacciones y permite a los estudiantes brindarse compasión a sí mismos y abrirse a una indagación matemática. 

¿Qué viene ahora?

Fui parte de la cohorte de mayo 2024 de la Formación Profesional en inglés y siento una gratitud profunda por las enseñanzas que recibí y por ser parte de la comunidad de CI. Quiero agradecer a mi Facilitadora, Priya Duggal, por su presencia sanadora, su sabiduría y por sugerirme escribir este artículo. 

Actualmente estoy cursando un Programa de Estudios Especializados, investigando los efectos de utilizar CI con los estudiantes que tienen ansiedad hacia las matemáticas. Me gustaría abrir una discusión y recibir sugerencias y consejos sobre este programa, así que por favor contáctame al correo [email protected]. 

Jo Boaler, \ Everyone Can Learn Mathematics to High Levels: The Evidence from Neuroscience that Should Change our Teaching  https://blogs.ams.org/matheducation/2019/02/01/everyone-can-learn-mathematics-to-high-levels-the-evidence-from-neuroscience-that-should-change-our-teaching/?

About The Author

Bea Bleile

Bea nació en Friburgo de Brisgovia, en el sur de Alemania. Estudió física en el Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH) en Zúrich, donde también descubrió su aprecio por las matemáticas. Bea realizó su doctorado en topología algebraica de bajas dimensiones en la Universidad de Sídney y ahora trabaja en la Universidad de Nueva Inglaterra (UNE) en Armidale, Nueva Gales del Sur. Cree en el poder liberador de la educación y considera que la enseñanza es una forma esencial de contribuir a la sociedad.