Las grandes reuniones en línea de Compassionate Inquiry® -cuando nos reunimos para escuchar al Dr. Gabor Maté, a Sat Dharam Kaur o a un invitado- ofrecen oportunidades únicas para observar a nuestro colectivo internacional y diverso de practicantes.
Durante una de esas reuniones en octubre de 2023, mis ojos revisaron los nombres en la pantalla, buscando patrones familiares que pudieran revelar a otra persona de los Balcanes, como yo. Entonces escuché a una mujer hacer una pregunta a Gabor: su nombre y su acento eran inequívocamente balcánicos.
Inmediatamente me conecté por el chat para presentarme. Le mencioné que había otra mujer de Croacia en mi grupo (acababa de comenzar la formación profesional de un año y propuse que nos reuniéramos para compartir nuestras experiencias con Compassionate Inquiry®.
Cómo empezó el grupo de los balcanes
Los tres nos conocimos por Internet en noviembre de 2023, imaginando que habría una o dos personas más de los Balcanes en la comunidad. Pero no sabíamos que había docenas.
Cada vez que asistíamos a un evento de CI, encontrábamos a más personas de nuestra región y las invitábamos a unirse a nuestras reuniones mensuales. Al principio, era simplemente una reunión informal. Para abril de 2024, crecimos lo suficiente como para convertirnos en un Grupo Focal oficial de Compassionate Inquiry®.
Las reuniones de enero y febrero de 2024 fueron las más numerosas, con la asistencia de hasta doce personas. Empecé a coordinar enviando recordatorios y creando un grupo de WhatsApp. Pero también noté algo familiar: una sutil respuesta de “congelación”. Mi cuerpo se tensaba y me sentía nerviosa y sudorosa, a pesar de que llevaba todo el mes deseando que llegaran esas reuniones. Eran las 5 de la mañana, hora de la montaña para mí en Wyoming, y la misma conexión que anhelaba también me activaba.

De izquierda a derecha: Hana Fifić, Ida Todosijević, Ana Kuhanec, Mateja Rajačić, Sara Bursać, Vasyl Ros and Kristina Krajačić (falta: Sara Jager)
Encontrando seguridad en las experiencias compartidas
Otros empezaron a compartir experiencias similares. Un miembro reflexionó: “Cuando me uno, empiezo a hacer bromas, como hacemos en los espacios sociales balcánicos”. Esto suscitó una pregunta colectiva: ¿Cómo podemos comunicarnos conscientemente, haciendo conscientes nuestros patrones compartidos?
Un miembro sugirió crear directrices de grupo para participar de forma segura e inclusiva. Mientras enfrentábamos nuestros gatillos y el deseo de ofrecer un espacio de apoyo a otras personas de los Balcanes en la comunidad de CI, decidimos elaborar una declaración de objetivos y solicitar convertirnos en un grupo focal oficial.
Esperábamos que, al formalizar nuestra estructura, más participantes de CI de los Balcanes pudieran encontrarnos y que, a su vez, pudiéramos recibir orientación de la organización en general.
Creando directrices para la conexión
Una vez que aprobaron nuestro grupo, elaboramos nuestras directrices, un proceso que tomó varios meses y mucha reflexión. Uno de nuestros principios clave es: “Distinguir entre el humor y el juego útiles y las bromas o burlas normales”. Esta, junto con otras once directrices, se convirtió en la base para aportar seguridad y sintonía a nuestro espacio compartido. Escribimos las directrices en lo que cariñosamente llamamos “nuestro idioma”. Aunque el bosnio, el croata y el serbio tienen diferencias de acento y vocabulario, nos entendemos con facilidad. Si se unieran miembros macedonios o eslovenos, cuyas lenguas son más distintas, acordamos cambiar al inglés.
Indagando sobre el trauma colectivo e intergeneracional
Más allá de crear directrices, nuestro grupo explora temas profundamente entrelazados en nuestra experiencia colectiva: el impacto persistente de las guerras de los años noventa y el trauma intergeneracional que sigue moldeando la psique y la cultura de los pueblos balcánicos.
El autor y terapeuta Resmaa Menakem llama a este fenómeno retención traumática. En Las manos de mi abuela, escribe:
“Con el paso de los años y las décadas, las respuestas traumáticas reflexivas pueden perder contexto. Una persona puede olvidar que le ha ocurrido algo y luego interiorizar las respuestas traumáticas. Cuando esta misma estrategia se interioriza y se transmite de generación en generación dentro de un grupo concreto, puede empezar a parecerse a la cultura.”
Nuestras reuniones mensuales son un espacio compasivo para observar e indagar en estos patrones incorporados, para aportar curiosidad, comprensión y la posibilidad de integrar las heridas transmitidas de generación en generación.
Continuando el viaje
Actualmente, el Grupo Focal de CI de los Balcanes se reúne mensualmente, ofreciendo un espacio seguro y de apoyo para profesionales y estudiantes de toda la región.



