El Enfoque de Compassionate Inquiry®: Cómo lo Utilizo como Terapeuta y en Qué se Diferencia de Otras Técnicas

Como terapeuta, me siento profundamente atraída por la profundidad que Compassionate Inquiry® aporta al proceso terapéutico. Desarrollado por el Dr. Gabor Maté y Sat Dharam Kaur ND, este enfoque se centra en comprender las raíces del sufrimiento psicológico a través de la empatía, la curiosidad y la ausencia de juicio. Lo que encuentro más único de Compassionate Inquiry es cómo fomenta una exploración profunda y compasiva del mundo interior de mis clientas y clientes, donde no actúo como una solucionadora, sino como una guía que presencia y facilita su autodescubrimiento. Es un enfoque que se distingue de otras técnicas psicoterapéuticas en varios aspectos importantes.

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Créditos Compassionate Inquiry®

El Trauma y el Papel del Cuerpo en la Sanación

Una de las primeras cosas a las que llevamos la atención es a cómo los traumas pasados del cliente se pueden estar manifestando en su cuerpos. Compassionate Inquiry® enfatiza que el trauma, especialmente desde la infancia, a menudo se almacena en el cuerpo, manifestándose como patrones emocionales y psicológicos que persisten hasta la adultez. En lugar de enfocarnos solamente en cambiar pensamientos o comportamientos, trabajamos con los clientes para descubrir cómo sus cuerpos retienen estas experiencias.

Esto se diferencia de la terapia cognitivo-conductual (TCC), que se centra en cambiar patrones de pensamiento negativos. Aunque la TCC puede ser efectiva, encuentro que Compassionate Inquiry permite una exploración mucho más profunda al involucrar el cuerpo en el proceso de sanación. Cuando ayudo a los clientes a conectarse con sus sensaciones físicas—áreas de tensión, entumecimiento o pesadez—se abre una puerta para entender cómo su trauma no es solo una experiencia mental, sino también profundamente somática.

Exploración Guiada por el Cliente

En una sesión de Compassionate Inquiry®, utilizamos un enfoque guiado por el cliente. En lugar de proporcionar soluciones o direcciones, invitamos a las personas a explorar sus experiencias internas a su propio ritmo. Nuestro papel como terapeutas es hacer preguntas reflexivas, ofrecer observaciones suaves y crear un espacio en el que se sientan lo suficientemente seguros como para permitir que emerjan sus verdades.

Esto contrasta con otros enfoques, como la terapia centrada en soluciones, donde el terapeuta es más directivo y se enfoca en resolver los problemas rápidamente. Creo que hay un gran valor en permitir que los clientes tomen el tiempo necesario para descubrir conocimientos más profundos sobre sí mismos en lugar de apresurarse hacia una solución. Compassionate Inquiry permite un proceso de autodescubrimiento más lento y orgánico, que a menudo conduce a una sanación profunda.

La Compasión y la Relación Terapéutica

El corazón de Compassionate Inquiry® reside en la relación terapéutica en sí misma. Nos acercamos al cliente con profunda compasión, creando un ambiente en el que se sienta seguro para explorar incluso las partes más vulnerables de sí mismo. En este espacio, se pueden examinar emociones y recuerdos que de otro modo habrían mantenido ocultos.

Esto contrasta con otros enfoques, como la terapia psicodinámica, donde el terapeuta puede adoptar una postura más interpretativa o, en ocasiones, autoritaria. Aunque esas ideas pueden ser valiosas, he descubierto que mis clientes prosperan cuando sienten que somos iguales en el proceso. Mi papel es guiar, pero nunca dirigir ni imponer mis interpretaciones.

Integración Mente-Cuerpo

Uno de los elementos únicos que un Practicante de Compassionate Inquiry® podría incorporar en su trabajo es la conexión entre la mente y el cuerpo. A menudo invitamos al cliente a que se conecte con sus sensaciones físicas porque el cuerpo guarda la clave para percepciones emocionales más profundas. Cuando la persona puede identificar en qué parte de su cuerpo siente las emociones—ya sea en el pecho apretado o un nudo en el estómago—esto ayuda a desbloquear experiencias emocionales que de otro modo podrían estar reprimidas o malinterpretadas.

Este enfoque somático distingue a Compassionate Inquiry de muchas terapias tradicionales de conversación, que tienden a centrarse principalmente en la expresión verbal y la comprensión cognitiva. En mi experiencia, al integrar la conciencia corporal en la terapia, mis clientes pueden procesar las emociones de manera más completa y liberar el trauma almacenado en sus cuerpos, lo que conduce a un proceso de sanación más completo y holístico.

Comprensión de los Patrones de Adaptación

Uno de los aspectos más gratificantes de este trabajo es ayudar a los clientes a reconocer las formas en que se han adaptado al trauma o dolor del pasado. A menudo, estas adaptaciones—como la evitación emocional, las creencias negativas sobre uno mismo o la complacencia hacia los demás—fueron necesarias para la supervivencia en algún momento. Compassionate Inquiry® nos permite explorar estos patrones sin juicio, ayudando a los clientes a comprender por qué los desarrollaron y cómo podrían ya no servirles.

Este enfoque se diferencia de técnicas como la terapia cognitivo-conductual, donde el objetivo suele ser desafiar y cambiar pensamientos y comportamientos desadaptativos. Si bien eso puede ser útil, creo que entender y aceptar por qué se desarrollaron estos patrones es un paso crucial hacia la sanación. Al honrar estas adaptaciones, mis clientes son capaces de liberarlas de manera más natural, a menudo sin la necesidad de fuerza o presión.

Un Espacio para la Espiritualidad

Aunque no siempre es el centro de cada sesión, a través de Compassionate Inquiry® podemos crear un espacio para que los clientes exploren dimensiones existenciales o espirituales de su sanación, si así lo desean. Algunos clientes buscan conectarse con un sentido más profundo de sí mismos o con un propósito superior, y este enfoque permite esa exploración. Se trata de ayudar a las personas a reconectarse con su esencia, más allá de la mente condicionada o el ego, y acceder a un sentido de significado que puede ser muy sanador.

Este aspecto espiritual es algo que he encontrado ausente en terapias más estructuradas y seculares, como la terapia dialéctico-conductual (DBT) o la terapia cognitivo-conductual (TCC), que se enfocan en enseñar habilidades prácticas para manejar la angustia. Aunque esos métodos son valiosos, Compassionate Inquiry ofrece un enfoque más holístico que integra mente, cuerpo y espíritu, permitiendo a los clientes involucrarse en preguntas de significado e identidad en un nivel más profundo.

Como terapeuta, he visto de primera mano el poder transformador de Compassionate Inquiry®. Ofrece un espacio profundamente compasivo y sin juicios en el que los clientes pueden explorar sus mundos internos a su propio ritmo. A diferencia de terapias más directivas o enfocadas en soluciones, Compassionate Inquiry fomenta un proceso guiado por el cliente que honra la conexión mente-cuerpo, explora el trauma con curiosidad y proporciona un espacio holístico para la sanación. A través de este enfoque, ayudo a mis clientes a descubrir verdades emocionales, liberar patrones de larga data y avanzar hacia una relación más compasiva consigo mismos. Para mí, esto es lo que hace a Compassionate Inquiry tan único y efectivo: es un método de sanación que honra la complejidad y profundidad de la experiencia humana, permitiendo una transformación profunda a través de la autocompasión y la comprensión.

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